Las dificultades sexuales minan el bienestar psicológico de la persona que las sufre, pero también traen consecuencias a la relación de pareja como, por ejemplo, el cierto distanciamiento emocional entre los cónyuges. Por eso resulta tan importante la Terapia Sexual en la Terapia de Pareja.
La intimidad es esencial para un buen funcionamiento de la relación de pareja, pero los problemas sexuales actúan como barreras ante la intimidad y el sentimiento de unidad entre los miembros de la pareja.
Con el tiempo, si no se trabaja sobre la problemática sexual, los daños psicológicos que sufren ambos pueden destruir la relación, ya que acaban frustrándose tras realizar innumerables intentos fallidos, lo que provoca estrés y desesperanza.
A medida que pasa el tiempo tiende a agravarse la situación debido a que la persona con dificultades sexuales suele desarrollar síntomas depresivos, mientras que su pareja ve que su autoestima y su autoimagen van dañándose poco a poco cada vez más.
Las creencias disfuncionales sobre la sexualidad, la falta de información, los conflictos psicológicos, las malas experiencias sexuales en el pasado y las dificultades para mantener una relación de pareja pueden estar mellando la salud sexual.
En algunos casos lo más conveniente es el asesoramiento individual y en otros casos se recomienda realizar una terapia de pareja.
Los casos en los que es más recomendable la terapia de pareja son aquellos en los que la dificultad sexual tiene su origen en la relación porque se esté enfocando en lo sexual un conflicto de relación, como una experiencia de infidelidad, los celos, la falta de comunicación, las luchas de poder, etc.
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